lunes, 8 de diciembre de 2008

CARTA DE CREENCIA


Mi credencial es recordar quién soy
Y al recordarlo saber quién es el otro.
El agua transparente me respalda
y la montaña amiga me protege.
El cielo en cualquier parte se parece a mi patria
y la luna a veces me confía sus secretos.

Soy mujer.
La piel del alba es mi fiel confidente                       
Y me acerco al umbral cuando atardece.
Las nubes me invitan
a trenzarme en su danza misteriosa
y entonces 
me convierto en ancha playa
para acoger los himnos de las olas.
Para mi una hoja de otoño es una pluma
y una pluma, me invita a otros cielos.
Soy hermana de aves
porque ya fui palmera
y el sauce triste de los ríos del páramo,
ya consoló mi pena.

 Encuentro en la palabra la mejor compañía,
y la lluvia y el mar son mis amantes.

 

No tengo credenciales más seguras
que el aire,
el agua,
esta tierra del trópico
donde profundamente hundo mis raíces
y este fuego interior que me devasta.

En los ojos de otro
puedo leer mis miedos
y hace ya tiempo que abandoné las mascaras.
Aún no he recorrido lo mejor de mi vida
porque cada presente me colma de alegría.

Estoy presta a volar por las rutas del viento
y a caminar sin prisa por todos los caminos.

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